La maravilla de la inocencia
¿Cuándo fue la última vez que algo realmente te sorprendió? De esas veces que de forma totalmente inesperada te quedas inmóvil, simplemente observando aquello que, de un momento a otro, se sale del guión.
Sorprenderse implica poner atención, pero con eso no basta. También hace falta maravillarse por lo que está, sabedores de que no sabemos mucho, aunque creamos lo contrario. Conforme crecemos perdemos la capacidad de sorpresa, la gracia de maravillarnos.
El lunes por la noche, mientras paseaba a Macca, un niño se acercó a acariciarla. En primera instancia puse poca atención (iba, cómo no, revisando el celular); sin embargo, de reojo, observé que Macca no dejaba de mover la cola.
Aparté el celular y la escena me dejó inmóvil. Mientras Macca movía la cola sin parar, sus ojos estaban fijos en la mirada del niño, quien la observaba cómo si estuviera viendo un dinosaurio vivo. “El perro me lamió ¿eso es bueno?” —me preguntó el niño—asumí que sí y se lo hice saber.
Ella es Macca
Nada más escuchar mi afirmación, el niño abrazó a Macca. El momento me enterneció: por la nobleza de Macca, por la curiosidad del niño, por la inocencia de ambos. Antes de siquiera darme cuenta de mi estado de sorpresa, el niño se fue corriendo y tomó la mano de un adulto.
––Papá no sabes lo que pasó, conocí a un perro, me lamió la cara y lo abracé–– gritó el niño como si hubiera descubierto América. Su papá miró al niño con seriedad y algo le dijo, que no escuché, pero ni hizo falta: el niño cambió de correr casi saltando a caminar cabizbajo. El niño, inocencia andando, se enfrentó al mundo adulto, razonamiento a cada paso.
Mientras caminaba de vuelta a casa me pregunté —y me sigo preguntando— ¿en qué momento perdimos la inocencia? ¿Qué nos sucedió que perdimos la capacidad de sorpresa? La inocencia que no es ingenuidad, sino capacidad de dejarte sorprender por lo que está.
¿Has reparado en qué sientes si te quedas viendo el cielo? ¿Qué sensaciones te provoca caminar bajo la lluvia, sin paraguas?
¿Qué te sucede si escuchas tu canción favorita con los ojos cerrados?
¿Qué pasa contigo si te miras profundamente al espejo?
¿Qué pasaría si procuras ver cada instante con ojos nuevos?
Tener ojos nuevos puede transformar nuestra forma de ser y estar. Justo lo que sucede en el siguiente cortometraje llamado Alike, que aquí puedes ver. Es sobre un niño y su padre, quienes se relacionan entre la dureza, la fragilidad, la sorpresa y el hastío, hasta que ambos sucumben frente a la maravilla de la inocencia.
Amig@ date cuenta
Libros, películas, documentales, conferencias o lo que sea que ayude a hacer conciencia de algo...
-Si tuviera que elegir un tratado a la inocencia, elegiría El Principito. Regálate la oportunidad de leerlo (si ya lo hiciste, hazlo de nueva cuenta) y pon atención en qué te va pasando mientras reflexionas lo que Antoine de Saint-Exupéry plantea con cada frase que escribió. También busca la película animada, está en Netflix.
-Hay imágenes que vale la pena contemplar. Andhika Ramadhian es un fotógrafo y diseñador gráfico indonesio, quien en su cuenta de Instagram comparte fotografías que giran entorno a la grandeza de la naturaleza, nuestra pequeñez humana y la diversidad colorida del planeta.
- Bien dijo Terencio hace siglos que no hay nada humano que nos sea ajeno. Si nada nos es ajeno, somos más similares de lo que parecemos. Checa este comercial de tres minutos y déjate sorprender por todo aquello que nos une.
Un momento. Una imagen.
¿Qué te provoca lo que ves? ¿Qué dice de ti?
Dagmar Turner, violinista profesional, toca su instrumento mientras le practican una cirugía para removerle un tumor en el cerebro. Foto: CNN
Pregunta y frase del día
- ¿Cuándo fue la última vez que observaste el mundo con inocencia?
- La mayoría de la gente está tan ocupada desgastándose en hacer lo que creen que deberían, que nunca hacen aquello que realmente quieren
Kathleen Winsor
Una canción, una respuesta
Las canciones son una oportunidad de escuchar mensajes que, de alguna u otra forma, pueden ayudarnos a entender lo que vamos pasando. Aquí la de hoy.