La adolescencia es un momento fundamental en la vida de todo ser humano. Es una etapa que se encuentra plagada de cambios (el último juguete, los cambios físicos y emocionales, cambios de escuela, la modificación de la relación con tus papás, descubrir nuevos gustos y placeres). Cada cambio trae consigo una pérdida. El tema de la adolescencia es profundo y complejo; sin embargo, Disney Pixar recién estrenó una película llamada Turning Red que ejemplifica de manera muy clara esta etapa por la que todas las personas atravesamos.
En un primer escalón, la película gira entorno a la menstruación y las relaciones madre e hija, dos temas importantes y necesarios a ser abordados en películas de alcance masivo. La complejidad de ambos temas permite que vayan surgiendo otra clase de temas fundamentales: la búsqueda de identidad, los “deberías”, la autoexigencia, el manejo de las emociones y la aceptación. Al final de la película me surgió una pregunta que aquí te comparto…
Si miras hacia atrás…¿tu pasado te acompaña, te amenaza o te persigue?
Crecer es un proceso y es en la etapa de la adolescencia donde muchas creencias se afianzan y muchas otras se rechazan. Es a partir de dichos pensamientos como vamos afinando qué consideramos es bueno, qué no, cómo manifestamos las emociones, cuáles son nuestros valores y cuáles nuestros gustos. En resumidas cuentas, vamos definiendo nuestra propia identidad.
La película retrata de forma muy entretenida el paso de una niña a adolescente y cómo sus emociones, la relación con sus amigas, con su mamá y con el resto de su familia van definiendo lo que cree de sí misma. No es mi afán contarte la película, sino reflexionar gracias a ella pensando en los siguientes temas.
Recuerda tu adolescencia…
La relación con tu papá y mamá ¿se basó en miedo o confianza?
Las expectativas puestas en ti ¿las percibiste como una obligación o una posibilidad?
Todo aquello que querías ¿era tu prioridad o primero iban los demás?
Tus elecciones ¿fueron realmente tuyas o decisiones de papá o mamá?
Aquello que sentías ¿lo expresabas con silencio, rebeldía, sumisión o asertividad?
La exigencia ¿la soportabas o la rechazabas?
El acompañamiento de tus papás ¿fue amoroso, exigente o ausente?
Aquello que no te gustaba de ti ¿lo aceptabas o lo juzgabas?
Actualiza tus creencias
Sin importar aquello que hayas vivido, recuerda que infancia no es destino, las situaciones se pueden resignificar y, a partir de dicha revisión, es posible encontrar nuevas creencias que en lugar de estar afinadas con lo que pasó ayer, se definan por lo que quieres hoy. Vuelve a formular las preguntas.
Actualmente…
La relación con tu papá y mamá ¿se basa en miedo o confianza?
Las expectativas puestas en ti ¿las percibes como una obligación o una posibilidad?
Todo aquello que quieres ¿es tu prioridad o primero van los demás?
Tus elecciones ¿son realmente tuyas o decisiones interiorizadas de papá o mamá?
Aquello que sientes ¿lo expresas con silencio, rebeldía, sumisión o asertividad?
La exigencia ¿la soportas o la rechazas?
El acompañamiento de tus papás ¿es amoroso, exigente o ausente?
Aquello que no te gusta de ti ¿lo aceptas o lo juzgas?
Estas preguntas pueden darte una guía para reajustar tus creencias, tus prioridades y tu forma de relacionarte, no sólo con tus papás, sino con todos los demás. Si ya viste la película, vuelve a verla con el ojo puesto en cómo la protagonista logra resignificar quién es a partir de ir dándole espacio a sus emociones, que no es otra cosa que hacerse responsable de sí misma. Cuando surge la responsabilidad, emerge la libertad, y sólo así, de la mano de ambas actitudes, es posible navegar por el canal de la aceptación incondicional. Que en la película tiene forma de panda rojo.
"La mujer no nace, se hace; la biología no es destino”
Simone de Beauvoir
El podcast de BR
Revisa con mayor profundidad la relación con tu papá y tu mamá…
Recuerda que el jueves llega un nuevo envío para que sigamos reflexionando acerca de lo que sucede en el entorno y cómo impacta tu día a día. Por lo pronto, deseo que esta semana algo te haga brincar de alegría, como en su momento le pasó a Phoebe y a Rachel.